No solamente es el mayor exportador del planeta, también se ha convertido en una potencia importadora de alimentos, combustible, recursos minerales, equipamiento médico o productos químicos, entre muchas otras cosas.
Su creciente demanda interna, unida al hecho de que a lo largo de la última década ha ido ingresando en los principales organismos reguladores del comercio internacional hace del transporte marítimo a China una opción prioritaria para cualquier exportador.
El crecimiento del comercio exterior chino se ha incrementado exponencialmente a lo largo de los últimos 15 años. Tan sólo las importaciones del año 2.014 alcanzaron 1.960.000 millones de dólares.
Esto representa el 18,3% del PIB nacional, de forma que aún hay un enorme margen de crecimiento.
Es por ello, que el litoral chino está dotándose de una enorme cantidad de puertos comerciales de vanguardia, capaces de absorber el flujo constante de mercancías que llegan y salen del país.